Tiempo de angustia para Jacob
“¡Ah, cuán grande es aquel día!
Tanto, que no hay otro semejante a él. Es un tiempo de angustia para Jacob,
pero de ella será librado” (Jeremías 30:7).
El profeta Daniel habla de un
tiempo de angustia cuando termine el tiempo de gracia: “Será tiempo de angustia,
cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Dan. 12:1). Jesús también
hizo referencia a este período (Mar. 13:19). La aflicción de esos días finales
afectará tanto a los justos como a los impenitentes.
El profeta Jeremías compara ese
tiempo con la noche de aflicción y tribulación de Jacob cuando luchó en oración
para ser librado de la venganza de Esaú que se acercaba a él con cuatrocientos
hombres armados; Jacob quiso quedarse solo con Dios para confesarle su pecado,
mostrarle su arrepentimiento e invocar el pacto que veinte años atrás había
hecho con él en Betel. Y mientras en las tinieblas y la soledad de la noche,
seguía orando entre lágrimas, una mano se apoya en su hombro, Jacob lo confunde
con un enemigo y entabla una lucha con él que dura toda la noche. Al llegar las
primeras luces del alba, el desconocido le asesta un golpe que paraliza al
patriarca, aferrándose impotente y suplicante al cuello de su misterioso
adversario. Solo entonces descubre que es Jesús, el Ángel del pacto, del que
finalmente obtiene el perdón, un cambio de naturaleza y la bendición deseada.
Para nosotros, ahora es el tiempo
de prepararnos para prevalecer en el tiempo de angustia final. “Los tiempos de
apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el
cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas
más duras. […] Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él
[Jacob], y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como
él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar
desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su
bendición, no lo conseguirán” (El conflicto de los siglos, p. 606). En nuestras
pequeñas pruebas no siempre obtendremos la respuesta que pedimos y esperamos
del Señor, pero nuestra confianza implícita en su Palabra nos está preparando
para vencer cuando llegue la oscura y terrible noche de la angustia de Jacob.
Confiemos hoy en su bendita
promesa: “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando
pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti” (Isa. 43:1,
2).
Tomado de: Lecturas devocionales
para Adultos 2015
“Pero hay un Dios en los Cielos”
Por: Carlos Puyol Buil
Fuente:http://www.meditacionesdiarias.com/2015/11/tiempo-de-angustia-para-jacob/
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