"Más
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios." Juan 1: 12.
Cristo, la Majestad del cielo,
vino a esta tierra en forma humana, manifestando bondad, simpatía y amor divinos
por la raza caída al colocarse a la cabeza de la familia humana. Vino a redimir
a los pecadores y a vestirlos con su justicia. Como Salvador del mundo, estuvo
sometido a tentaciones. El enemigo lo atacó en todo punto. Constantemente se
aproximó a El con la sugerencia de que si transigía con el mundo podría ganarlo.
Cristo es nuestro ejemplo. . . Aunque estaba en el mundo, no era del
mundo. No se conformó a las prácticas mundanas para alcanzar el propósito de su
vida. No se complació a sí mismo. Debía mantenerse dentro de la norma más
elevada. Cualquier desviación de la más estricta rectitud moral hubiera echado a
perder toda la obra de su vida.
A fin de salvar a la humanidad, Cristo
descendió al nivel de ella. . . Vino a esta tierra para ser tentado en todos los
puntos, tal como son tentados los seres humanos. En el desierto Satanás se
aproximó a El y lo asaltó en los grandes puntos en los cuales ataca a los
hombres, pero el Salvador no cedió ante el enemigo. No fue vencido ni en un solo
punto, aunque las tentaciones fueron tan reales para El como lo son para
nosotros hoy.
Los fariseos trataron constantemente de apartar a Cristo
de los principios del gobierno de Dios. Ostentando una gran profesión de piedad,
trataron de inducirlo a desviarse de su afianza con Dios. Satanás había
persuadido a muchos hombres a desviarse de los principios diciéndoles que el fin
justifica los medios. Razonando desde un punto de vista humano, se excusan a si
mismos por hacer el mal diciendo que la causa de Dios ha de resultar beneficiada
por su conducta infiel. Esta desviación de los santos principios del Cielo los
ha colocado en las filas del gran engañador...
Cristo vino a esta tierra
humana para inaugurar una reforma espiritual. Vino a mostrar cómo el hombre
puede descartar toda ostentación y exhibicionismo; cómo puede vivir de acuerdo
con los principios puros y vitales de la reforma. Vino a instituir un plan por
medio del cual el carácter humano pueda llegar a ser puro. Por su gracia, desea
colocar a los hombres y a las mujeres muy cerca del trono de Dios.
Las
leyes del reino de Cristo son tan sencillas, tan concisas y a pesar de ello tan
completas, que cualquier adición de factura humana sólo crearía confusión. Y
cuanto más simples sean nuestros planes para trabajar en el servicio de Dios,
más será lo que lograremos. Estudiando cómo adoptar los planes de origen mundano
en su obra para Dios, los hombres trastornan los planes humildes y sencillos de
Dios, que son los que El desea que se sigan para el engrandecimiento de su
reino( Manuscrito 53, del 30 de junio de 1901, sin título).