DIOS PUEDE USAR INSTRUMENTOS
HUMILDES21 de Junio

"Sino
que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte." 1 Cor. 1: 27.
Los
que Dios escoge para que sean sus obreros no son siempre los más talentosos en
la estima del mundo. A veces elige hombre analfabetos. Estos obreros tienen una
obra especial que hacer. Alcanzan a una clase de gente a la cual ningún otro
podría tener acceso. Los que trabajan en forma modesta serán recompensados con
la misma alabanza que recibirán aquellos que, de acuerdo a las apariencias
exteriores, ejercen una influencia más amplia. Cada obrero será recompensado de
acuerdo con el espíritu que lo impulsó a la acción. Estos obreros abren
sus corazones para recibir la verdad y son hechos sabios en Cristo y mediante
El. Sus vidas inhalan y exhalan la fragancia de la piedad. Consideran
cuidadosamente sus palabras antes de hablar. Sus acciones corresponden a las de
su Conductor. Se esfuerzan por promover el bienestar de sus prójimos. Llevan
alivio y felicidad a los tristes y angustiados. Sienten la necesidad de
permanecer constantemente bajo la educación de Cristo, a fin de poder obrar en
armonía con la voluntad de Dios. Meditan en cómo imitar mejor a su Salvador en
llevar la cruz y en ser abnegados. Son testigos de Dios que siguen su ejemplo de
compasión y amor, atribuyendo toda la gloria a Aquel a quien aman y sirven. Constantemente están aprendiendo del gran Maestro mientras alcanzan
niveles más elevados de perfección; no obstante, siempre tienen un sentido de su
debilidad e inferioridad. Son atraídos hacia arriba por la intensa admiración y
el amor que sienten por la belleza del carácter de Cristo. Practican sus
virtudes, porque sus vidas se asemejan a la de Cristo. Avanzan siempre hacia
adelante y hacia arriba, siendo una bendición para el mundo y un honor para su
Redentor. Cristo dice de ellos: "Bienaventurados los mansos, porque ellos
recibirán la tierra por heredad" (Mat. 5: 5). Se debe animar a tales
obreros. Realizan su obra no para ser vistos de los hombres, sino para
glorificar a Dios, y soportarán su inspección. Él Señor pone a estos obreros en
contacto con los que tienen habilidades más notables para llenar las lagunas que
dejan. Se sienten complacidos cuando son reconocidos y apreciados, porque
constituyen eslabones en la cadena de servicio del Señor. Y es el deseo de Dios
que se reconozca a cada instrumento humano que trabaja para El, no importa cuán
pequeña pueda ser la obra que realiza. . . En las cortes celestiales,
cuando los redimidos se reúnan en el hogar, esta clase estará muy cerca del Hijo
de Dios. Resplandecerán con gran brillo en las cortes del Señor, y serán
honrados por El debido a que sintieron que era un honor servir a aquellos por
los cuales Cristo dio su vida (Manuscrito 5, del 21 junio de 1902, "La necesidad
de un despertar").
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