"Yo
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no
tendrá sed jamás."Juan 6: 35.
He recibido la instrucción de decir que no
debemos mirar a ningún ser humano para obtener poder o experiencia, ni depender
de los hombres para conseguir fortaleza y orientación. Cristo dice: "Miradme a
mí". Yo soy la luz de mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, pero
tendrá la luz de la vida". Me dirijo a los que pretenden ser hijos de Dios. ¿No
es ya tiempo de que conozcamos a la Fuente de nuestra fortaleza y poder? ¿ No
debiéramos, a partir de este momento, producir un registro de nuestras vidas que
sea más agradable al Señor?
No encuentro palabras apropiadas para
describir las escenas que se me presentaron. Vendrán tribulaciones de tal
naturaleza que humillarán todos lo corazones que se ensalzan. Que nadie sienta
que es seguro seguir su propio camino o confiar en el hombre. El Señor llama a
hombres de experiencia, hombres que lleven responsabilidades en su nombre y con
su fortaleza, hombres que reciban su gracia comprendiendo su responsabilidad de
impartirla a otros.
La Palabra del Dios viviente debe ser nuestra guía.
Cada uno debe comprender que depende de Aquel a quien pertenece por creación y
por redención. Lean y estudien las declaraciones registradas en el capítulo seis
de Juan. Oren para lograr una comprensión de estas verdades. Me alarma ver la
debilidad espiritual de quienes han tenido una luz tan grande. Si hubieran
caminado en esta luz serían fuertes en el Señor. Pero no lo han hecho, y los que
toman contacto con la verdad por medio de sus esfuerzos miran a los seres
humanos para recibir sabiduría, en vez de mirar a Jesucristo, la "luz verdadera,
que alumbra a todo hombre" (Juan 1: 9). Cuando los que pretenden creer en Cristo
lo reciban por la fe, El será para ellos su santificación, su justicia y su
recompensa sobremanera grande.
Los instrumentos del Señor, los hombres
que El ha designado, deben recibir sabiduría de Dios en forma individual.
Deshonran grandemente al Señor cuando por su seguridad confían en los planes
humanos. Con claridad han de verlo a El como su suficiencia, como su fortaleza.
¿Están representando a Cristo? ¿Se han apartado del espíritu y de la
influencia de los planes trazados de acuerdo con los principios mundanos y las
maquinaciones humanas? ¿Están alimentándose diariamente del Pan de vida?. . .
Proceda de labios sinceros la oración: "Hazme entender el camino de tus
mandamientos, para que medite en tus maravillas" (Sal. 119: 27). "En mi corazón
he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (vers. 11) (Manuscrito 78, del
16 de junio de 1902, "El asunto del alimento saludable").
No hay comentarios:
Publicar un comentario