martes, 20 de marzo de 2012

¿Esta su Vida Vacía? Es eso puede cambiar.


¿Esta su Vida Vacía? Es eso puede cambiar.

Vivimos en un mundo llena de dolor y de pérdidas. A pesar de su prosperidad material, el mundo occidental tampoco se halla exento de estos males. Todos buscamos paz y prosperidad. Desafortunadamente, muchas de las cosas que imaginamos pueden darnos felicidad sólo ofrecen una liberación pasajera del sufrimiento que a menudo nos embarga. ¿Nos queda acaso alguna esperanza?
Desde siempre, los problemas han sido parte de la experiencia humana. Una buena parte de la literatura mundial hablan de las dificultades por las que todos debemos pasar. No es mera coincidencia que la Biblia esté llena en gran parte de historias que hoy día nos resultan tan relevantes como cuando sucedieron, siglos atrás. Es una lástima que a menudo descuidemos que esta rica fuente de soluciones divinas para nuestra condición humana. Repasemos algunas de esas historias.
¿Cómo llenar el vacío?
Una mujer del antiguo testamento era pobre en extremo. Su marido había muerto y había dejado grandes deudas. Lo único que tenía era una vasija de aceite y dos hijos que, para colmo de males, estaban a punto de ser llevados como esclavos para saldar la deuda. En su desesperación, fue a ver al profeta Eliseo, quien le digo que tomara prestadas de sus vecinos tantas vasijas como fuera posible. Por medio de Eliseo, Dios se disponía hacer un milagro en su vida.
La mujer recibió la orden de echar aceite en todas las vasijas. Mientras lo hacía, el aceite no dejó de fluir y llenó todas las vasijas prestadas. Entonces, vendió el aceite y pagó la deuda (ver 2 reyes 4:1-7).
Al igual que esas vasijas, nuestra vida a menudo parece vacía. Aunque cada vez que gozamos de mayor prosperidad material, los índices de divorcio y suicidio muestran que muchas vidas están ruinas. A menudo, la risa solamente enmascara el vacío interior.
La solución a nuestras dificultades no está en luchar solos, sino permitir que Jesús tome el control de nuestras vidas.
Para compensar, la gente trata de llenar sus “vasijas” con toda clase de cosas: drogas, alcohol, fiestas, trabajo o dinero. La lista podría ser más extensa. Desafortunadamente, estas alternativas son pasajeras.
Hay alguien, sin embargo, que es capaz de llenar que esas vasijas vacías. Ese alguien es Jesús. El apóstol Pablo lo digo de esta manera “tenemos este tesoro en vasos de barro” (2 corintios 4:7). La solución a nuestras dificultades no significa que tenemos que luchar solos, sino permitir que Jesús, tome el control de nuestras vidas. No todas las dificultades desaparecerán, pero recibiremos fuerzas del cielo para enfrentarlas.

¿Beber para volver a tener sed?
En la Biblia, a menudo se habla de que Dios desea llenar nuestras vidas con su paz y consuelo. Cierta vez, Jesús viajaba de Judea a galilea a través de samaria, cuando se detuvo a descansar en el pozo de Jacob. Una mujer del lugar vino al pozo a llenar sus vasijas de agua. Jesús le pidió de beber.
Jesús solía compartir su mensaje de esperanza y amor mediante lecciones objetivas, cosa que hizo en esta ocasión junto al pozo: “cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener ser; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá ser jamás; sino que el alma que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13,14).
El agua de vida nos llenará hasta que rebosemos y satisfará todas nuestras necesidades. Como dice David: “abres tu mano, y colmadas de bendición A todo ser viviente” (salmos145:16).
Por medio del poder que nos da Cristo, estaremos capacitados para enfrentar los problemas de la vida, los confortará en momentos de duelo y, lo que es más importante, nos dará la esperanza que fortalece.
El verdadero tesoro.
El rey salomón supo lo que es vivir apartado de Dios. En la primera parte de su reinado, reconoció a Dios como el creador y la fuente de todo poder y sabiduría. Una noche, Dios le hablo en un sueño y le dijo que pidiera lo que quisiese. En lugar de pedir riquezas, fama, una larga vida, u otros favores temporales, salomón pidió sabiduría y discernimiento. Dios se sintió tan complacido que le otorgó lo que pidió.
Durante ese periodo de su vida, salomón fue respetado por su misericordia y justicia. Anduvo de los caminos de Dios y fue bendecido por su honradez. Pero poco a poco, el orgullo y la autosuficiencia, además de la influencia de sus esposas paganas, llegaron a ser su perdición. Con el tiempo le dio la espalda a Dios y comenzó a llenar su vida con tesoros perecederos. No le faltaba mujeres, fama, músicos, oro, plata, piedras preciosas, tierras y navíos. Aun así, no era feliz.
Al buscar a los tesoros mundanales, Salomó olvidó la verdadera fuente de la felicidad. En lugar de ser honrado por sus actos de misericordia y benevolencia, se volvió tirano; aumentó los impuestos para financiar sus proyectos. Y lo peor de todo, perdió el favor de Dios.
Después de malgastar tanto tiempo en busca de la fama, salomón reconoció su error y regresó a Dios. Después de satisfacer todas sus ambiciones, declaró que todo era válida (ver eclesiastés1:1,2).
Como puede ayudarle este relato? Cristo vino este mundo para que usted tenga vida, y la tenga en abundancia (Juan10:10). Dios lo creó con un fin especial y en su propósito hacer que su copa rebose para que pueda experimentar la vida plena. Cristo ofrece paz y descanso a todos los que aceptan su regalo.
Aunque no somos más que una pequeña e insignificante partícula de polvo en comparación con el universo, Dios se interesa por nosotros. El que ve caer al gorrión de seguro se interesa también en nuestro bienestar. Puede que la vida le parezca tan vacía como las vasijas de aceite de la historia, pero Dios quiere obrar un milagro en su vida. Quiere que nuestras vidas rebosen de incontables bendiciones. Él es nuestra única esperanza duradera en medio de tantas dificultades.


Stephanie Fox es una talentosa joven de apenas 16 años. Además de sus estudios regulares, recibe clases de violín en el conservatorio de música de la universidad de Tasmania. Reside en Hobart, Capital de Tasmania, Australia.
Prioridades para hoy, páginas 4 y 5.

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