martes, 19 de agosto de 2014

¿Puede Satanás adivinar el futuro?



¿Puede Satanás adivinar el futuro?
Espiritismo moderno 


“No participéis de las obras infructuosas de las tinieblas, antes denunciadlas” (Ef.5:11).

Hay quienes suponen que las supersticiones paganas han desaparecido ante la civilización del siglo en el cual vivimos. Pero la palabra de Dios y el duro testimonio de los hechos declaran que en nuestro tiempo se practica la hechicería tan ciertamente como en
los días de los magos de la antigüedad (recuerda a la pitonisa de Endor, Balaam, etc.). La
antigua magia es en realidad lo que ahora se conoce como espiritismo moderno. Satanás
llega a miles de gentes bajo el disfraz de amigos desaparecidos. Las Sagradas Escrituras
dicen que “los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5). Los muertos no se comunican
con los vivos. Pero fiel a su antigua astucia, Satanás emplea este recurso a fin de
apoderarse del dominio de la mente.

Tan sólo un cambio de nombre
“Los magos de los tiempos paganos equivalen a los médiums espiritistas,
clarividentes y adivinos de hoy. Las místicas voces que hablan en Endor y en Éfeso están
extraviando todavía a los hijos de los hombres con palabras mentirosas.
“Las mismas obras de la antigüedad, existen ahora pero son nombres más
sofisticados, ya no existen magos, pitonisas, astrólogos; ahora el nombre es más
rebuscado: médium, parapsicólogos, guías espirituales, videntes y otros nombres más.
También Satanás se moderniza “para engañar si es posible, aun a los escogidos”
(Manuscrito 126, 1905).

¿Puede Satanás adivinar el futuro?
“Quieres saber: ¿si te engaña? ¿Por qué te rechaza? ¿Por qué te abandonó? ¿Si
piensa en ti? ¿Si va a volver? ¿Quieres salvar tu matrimonio?”.  
El texto anterior es la publicidad de un vidente ofreciendo sus servicios, pero,
¿realmente puede Satanás por medio de sus servidores adivinar el futuro? Veamos que
nos dice la palabra de Dios.
Existe una historia en la Biblia que nos da la respuesta a este tipo de preguntas,
analicemos 1 Samuel 28. 

“Ya Samuel era muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado
en Ramá, en su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra los encantadores y
adivinos” (1 S. 28:3). La palabra de Dios, relata que para este tiempo, el juez, profeta y
sacerdote Samuel, ya había muerto y esto dejó al rey Saúl turbado, pues los filisteos
estaban en territorio Israelita porque el rey Saúl, ocupado persiguiendo a David, descuidó
sus fronteras.

“Y consultó Saúl al SEÑOR; pero el SEÑOR no le respondió, ni por sueños, ni
por Urim, ni por profetas” (1 S. 28:6). Evidentemente, Dios ya no contestaba a Saúl,
pues él no andaba correctamente. Puesto que Saúl voluntariamente había elegido hacer
lo que le placía, Dios permitió que cosechara los frutos de esa siembra. Si se hubiese
arrepentido y hubiera sido sumiso, Dios podría haber convertido sus faltas en peldaños
para el éxito. La experiencia de Saúl ilustra la verdad: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gál. 6: 7; cf. 5T 119).

Al no conseguir respuesta de Dios, dijo: “Buscadme [alguna] mujer que tenga [espíritu de] pitón, para que yo vaya a ella, y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene [espíritu de] pitón” (1 S. 28:7). Pues bien, esta es una solución fácil pero peligrosa en la que muchas
personas en la actualidad también caen.
Disfrazado, Saúl fue a consultar a dicha persona quien según el versículo 11, preguntó
al rey “¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel”. La trama de la historia nos dice que la mujer hizo venir a Samuel, evidentemente aquí vemos la primera
mentira, pues “los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido” (Ecl. 9:5).
Analicemos las siguientes partes. En el versículo dice: “El SEÑOR ha cumplido lo que había anunciado por medio de mí: él te ha arrebatado de las manos el reino, y se lo ha dado a tu compañero David” (1 S. 28:17). Estas palabras supuestamente las está pronunciando Samuel por medio de la Pitonisa. Notemos que son reales, porque
Samuel las había dicho cuando vivía (1 S. 15:28). ¿Por qué ocurre esto? ¿Es realmente Samuel? ¡No! Sabemos que no es Samuel, es el diablo caracterizando a Samuel, imitando su voz de forma perfecta. ¿Pero por qué dice algo que es real? Sencillo, Satanás no estaba adivinando nada, sólo repetía lo que Samuel había dicho al rey cuando vivía.
¡Es una trampa!
El siguiente versículo que analizaremos, nos muestra dos cosas muy interesantes: “El SEÑOR te entregará a ti y a Israel en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hijos se
unirán a mí, y el campamento israelita caerá en poder de los filisteos” (1 S. 28:19).
El primer punto en que dividimos este versículo es donde dice: “El SEÑOR te entregará a ti y a Israel en manos de los filisteos”. Vemos que es cierto que la pitonisa
está diciendo algo que sucedería (y así fue); entonces, ¿adivinó Satanás el futuro?
“Satanás induce a los hombres a que consulten a los que poseen espíritus adivinadores; y mediante la revelación de cosas pasadas ocultas, les inspira confianza en su poder de predecir lo porvenir. En virtud de la experiencia que obtuvo a través de largos siglos, puede razonar de la causa al efecto, y a menudo predecir con cierta exactitud algunos de los acontecimientos futuros de la vida del hombre. Así puede engañar a ciertas pobres almas mal encaminadas, ponerlas bajo su poder y llevarlas cautivas a voluntad” (PP, 743).
La afirmación dada por aquella aparición satánica correspondió a la conclusión que Satanás sacaba de las causas que veía, así de simple. Saúl se había apartado de Dios, lo había deshonrado en muchas ocasiones y ahora colmaba el vaso de sus pecados con esta abominación de colocarse en manos de una médium, algo abominable a los ojos de Dios y no había arrepentimiento en su corazón. No era nada difícil predecir lo que iba a pasar en la próxima batalla. Satanás no adivina el futuro sólo predice de acuerdo a su análisis de la situación.
“Al predecir la perdición de Saúl por medio de la pitonisa de Endor, Satanás quería entrampar al pueblo de Israel. Esperaba que dicho pueblo llegaría a tener confianza en la
pitonisa, y se vería inducido a consultarla. Así se apartaría de Dios como su consejero, y se colocaría bajo la dirección de Satanás. La seducción por medio de la cual el espiritismo
atrae a las multitudes es su supuesto poder de descorrer el velo del futuro y revelar a los hombres lo que Dios ocultó. Dios nos reveló en su Palabra los grandes acontecimientos
del porvenir, todo lo que es esencial que sepamos, y nos ha dado una guía segura para nuestros pies en medio de los peligros; pero Satanás quiere destruir la confianza y la fe
de los hombres en Dios, dejarlos descontentos de su condición en la vida, e inducirles a procurar el conocimiento de lo que Dios sabiamente les vedó y a menospreciar lo que les reveló en su santa Palabra” (PP, 743).
El segundo punto a analizar es otra mentira que aparece en las palabras de la adivina de Endor y esta mentira es semejante a la que el diablo le dijo a Eva, usando a la serpiente como médium: “no moriréis” (Gn. 3:4). Notemos con qué sutileza el diablo presenta nuevamente la antigua mentira de que el alma de los muertos sigue viva
después de la muerte: “Mañana tú y tus hijos se unirán a mí” (1 S. 28:19).
Aquí está la falsa doctrina que se ha arraigado en el ideario religioso de la mayoría de religiones del mundo: Existe vida después de la muerte. Esto es una artimaña de Satanás,
y la vemos en las películas de Hollywood, en series, novelas, caricaturas para niños y por todos lados; ahora se nota la influencia de la nueva era.
“La gran mentira original que le dijo a Eva en el Edén: "De seguro que no moriréis"
(Gn. 3:4, V.M.), fue el primer sermón que se predicó sobre la inmortalidad del alma. Fue coronado de éxito, y le siguieron resultados desastrosos. Satanás ha logrado que muchas
mentes acepten ese sermón como si fuera verdad, y los predicadores lo proclaman, lo cantan y lo mencionan en sus oraciones” (JT1, 119-120).

Conclusión
Satanás no tiene el poder de adivinar el futuro, si así fuera ¿por qué los médiums no adivinan el número que va a tocar de la lotería? Es evidente, la palabra de Dios desenmascara todo tipo de teorías de la falsamente llamada ciencia. Estos adivinos pueden ser inspirados por el diablo y conocer secretos de las personas que les consultan; bueno, esto no es difícil de entender, ya lo dijimos antes, el diablo conoce a los individuos, lo que han hecho, lo que dijeron, su procedencia, familia, amigos, sus errores y pecados,
secretos que sólo el difunto y alguna persona conocían… 
Y ahora todo eso está en boca del médium y el incauto consultante cree que el difunto está vivo y él está rebelando todo esto través del adivino. Pero no es el difunto es
el diablo, porque los “muertos nada saben”. Colocarse, pues, en manos de estas personas, es muy peligroso porque nos aparta de la clara voluntad de Dios y nos hace
presa del enemigo, como lo fue Saúl que murió según la predicción satánica: “No os volváis a los encantadores y a los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios” (Lv. 19:31).    
“Si os dicen: “Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando”, responded: “¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los
muertos por los vivos?” (Is. 8:19).
Como pueblo de Dios debemos apartarnos de este tipo de cosas, pues los hechiceros no entraran al reino de los cielos (Apoc. 22:15) y cualquiera que practica este tipo de cosas será cortado de la presencia de Dios (Lv. 20:6, 27, 7-8).
¿Por qué poner nuestra vida en manos de hombres y mujeres que sirven al diablo?
Vayamos a Jesús, porque sólo en él hay verdadera paz, amor, poder, perdón, consuelo y confianza. Sólo él conoce el futuro y nos ha dado a conocer a través de su Palabra lo que necesitamos saber. Lo demás, aquello que está velado a nuestros ojos, no necesitamos preocuparnos, el Señor tiene el control perfecto de todas las cosas que nos atañen:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1P. 5:7). Que Dios te bendiga.
 
Hazael Jonathan Rodríguez
Estudiante de la Escuela Misionera Berea. México

Fuente: http://www.recurso-adventista.com

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