"Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a
Jehová." Sal. 27: 14.
Tenga buen ánimo, hermana mía. Un poco más, y ya
veremos a Jesús. "No se turbe vuestro corazón "-le dijo a sus discípulos-; "
creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay;
si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14: 1-3).
Anime su corazón en el Señor. Me regocijo en las brillantes perspectivas
del futuro y lo mismo puede hacer usted. Tengamos buen ánimo, y alabemos al
Señor por su misericordia hacia los hijos de los hombres. No mire hacia el lado
sombrío de las cosas. Tenga fe en Dios. Somos propiedad de Cristo; recordemos
que nos ama y que es nuestro ayudador y nuestro Dios.
Anoche estuve
despierta mucho tiempo. Estaba perturbada y ansiosa, porque sé que muchos pasan
por pruebas y tentaciones, y estaba buscando la manera de ayudarles a mirar a
Jesús y consolar sus corazones con su amor. Pensaba: "¡Oh, si pudiera asirme de
la mano de Cristo y escuchar su voz mientras estoy aquí despierta, orando por mi
misma y mucho más por los que están pasando por tentaciones y pruebas!" No pude
dormir después de la una. Me sentía muy apenada porque quería escribir hoy, y se
me ocurría que no iba a poder hacerlo si no lograba dormir. Pero me levanté a
las dos y me vestí, encendí el fuego y antes del desayuno escribí muchas
páginas. He escrito muchas páginas después del desayuno también y no he sentido
sueño en absoluto.
Agradezcamos a Dios por cada favor; tratemos de ser
cristianos resplandecientes. Voy a encomendar al cuidado del Señor las almas por
las cuales me preocupo, temerosa de que no serán capaces de resistir hasta el
fin. Lo que es divinamente verdadero brillará en medio de las tinieblas morales,
porque la luz de Cristo lo ilumina. A él debemos constante alabanza y gratitud,
porque somos guardados gracias a su poder por medio de la fe. No nos podemos
guardar a nosotros mismos.
Tenga buen ánimo. El Señor la ama y se
compadece de todas sus debilidades. Con seguridad la fortalecerá y bendecirá con
tal que confíe en él. El corazón del Dios infinito no se satisfaría con una
bendición menor para los que aman a Jesús que la que proporciona a su propio
Hijo ( Carta 57 , del 5 de febrero de 1905, dirigida a la esposa del pastor A.
J. Breed).
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