"Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo." Efe. 5: 20.
A Dios le agradaría que usted
hiciera un esfuerzo para olvidarse de sí misma. Comience por agradecer al Señor
por su hogar, por el agradable ambiente que la rodea y por las muchas
bendiciones temporales que le concede. Al corresponder con gratitud al Señor por
su bondad, puede hacer algo por Aquel que lo hizo todo por usted. Considere la
profundidad de la compasión que el Salvador manifestó hacia usted. Por usted dio
su vida y sufrió cruel muerte de cruz. ¿No puede alabar a Dios por esto? Si
desea ocultar su vida en Cristo, él la recibirá.
Si quisiera demostrar
que tiene una fe dinámica, mediante el ejercicio cotidiano de su fuerza de
voluntad, sus facultades se fortalecerían. Lo sé por experiencia propia.
Recuerdo cómo recobraron su flexibilidad mis facultades al esforzarme por
ejercitarlas. ¿Tratará de ponerse en movimiento y de albergar un espíritu
alegre? Ponga su confianza en Jesús. Tenga fe en él, y sea dócil en sus manos.
Recibirá gran bendición cuando mude sus hábitos. . .
Después de ir a
Australia sufrí de reumatismo durante once meses. No podía dar un paso sin
experimentar mucho dolor. . .
Durante esos once meses de sufrimiento. .
. no quise ceder. Mi brazo derecho estaba sano a partir del codo, de manera que
pude usar la pluma y escribí dos mil quinientas páginas en papel tamaño carta
para su publicación. Durante ese periodo experimenté los dolores más terribles
de mi vida. . .
Pero todo esto tiene su lado feliz. Me parecía que mi
Salvador estaba a mi lado, muy cerca de mi. Sentía su sagrada presencia en mi
corazón y estaba tan agradecida. Esos meses de sufrimiento fueron los más
felices de mi vida, debido a la compañía de mi Salvador. . . Su amor llenaba mi
corazón. Durante toda mi enfermedad, su amor, su tierna compasión, eran mi
consuelo. . .
Contemple a Jesús, su piadoso y amante Salvador. Si le
entrega a Cristo su alma desamparada, él le proporcionara gozo y paz. Será su
corona de regocijo, su recompensa inestimable ( Carta 34 , del 6 de febrero de
1907, dirigida a la esposa de un administrador de asociación, residente en
Australia).
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