"Y
vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor." Efe. 6: 4.
Dios invita a los
creyentes a que dejen de buscar faltas y de pronunciar discursos apresurados y
poco amables. Padres, sean bondadosas y agradables las palabras que dirijan a
sus hijos, para ayudar a los ángeles a traerlos a Cristo. Se necesita una
reforma completa en la iglesia del hogar. Debe empezar en seguida. Debe cesar
todo rezongo y todo reto. Los que rezongan y retan le cierran la puerta a los
ángeles del cielo y se la abren a los ángeles malos.
Recuerden los
esposos que tienen ya bastantes preocupaciones como para hacerse infeliz la vida
al permitir que se produzcan diferencias entre ellos. Los que dan lugar a
pequeñas diferencias invitan a Satanás al seno de sus hogares. Los hijos
perciben ese espíritu de contienda que se manifiesta por cosas sin importancia.
. .
Mis hermanos y hermanas: ¿No quisieran ser colaboradores de Dios
para trabajar por la paz y la armonía? Oren por la dulce y modeladora influencia
del Espíritu Santo. Sean gobernados los labios de ustedes por la ley de la
bondad. No sean agrios, descorteses ni duros. Sean fieles a su profesión de fe.
. .
Cuando estén dispuestos a llevar el yugo de Cristo, cuando escuchen
la invitación: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mat. 11: 29),
dejarán de atar yugos sobre el cuello de los demás. Dejarán de buscar faltas. Ya
no considerarán que es una virtud discrepar con los demás. . .
Estamos
preparándonos para encontrarnos con nuestro Señor cuando venga en las nubes de
los cielos con gran poder y gloria. En esta obra grande y noble debemos
ayudarnos mutuamente. Los padres deben traer a sus hogares todos los rayos de
sol y toda la alegría que puedan. Deben llenar sus hogares de rayos de sol
mediante palabras y acciones bondadosas. . .
No sirvan al enemigo de
Dios al manifestar un espíritu áspero y poco amable. Entrarán al cielo solamente
los que hayan vencido la tentación de hablar y actuar en forma dura y áspera.
Tengan la actitud de Cristo, pronuncien sus palabras, y el Señor Jesús, por
medio de su Espíritu Santo, será un huésped en el hogar de ustedes ( Carta 133 ,
del 12 de abril de 1904, dirigida a Edson y Emma White).
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