"Y
Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del
rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que
no se le obligase a contaminarse." Dan. 1: 8.
El primer capítulo de
Daniel enseña que lo que comemos y bebemos ejerce influencia sobre las
facultades de la mente, y que si queremos tener cuerpos sanos y mentes
despejadas debemos ser cuidadosos en nuestra dieta. Si somos negligentes en este
aspecto y comemos simplemente para agradar el paladar, los órganos del aparato
digestivo se dañan, la mente se perturba, y ninguno de ellos puede funcionar tan
plenamente como Dios se propuso que lo hicieran. . .
Daniel y sus
compañeros decidieron excluir de su alimentación todo lo que los contaminara, y
un poder de lo alto obraba en armonía con sus esfuerzos. Como resultado tuvieron
el privilegio de poder seguir su propio rumbo en el logro de su educación. Y la
que obtuvieron fue mejor que la alcanzada por cualquiera de los hechiceros,
astrólogos o sabios en todo el reino.
Los que deseen tener una relación
correcta con Dios necesitan estudiar el plan de Daniel. Este quedó claramente
demostrado. Ustedes también pueden comprobarlo. Muchos piensan que quienes
adoptan la reforma pro salud sufren la pérdida de fortaleza física, pero si lo
intentaran, cambiarían de parecer. . .
Daniel ocupó una posición de
mucha responsabilidad en Babilonia. Siempre existirán los que ocupan puestos de
menor responsabilidad; pero cualquiera sea la tarea, nuestro ejemplo debe ser
tal que conduzca a otros por la senda correcta. Debemos humillarnos delante de
Dios, orar y confiar en El. No oramos ni la mitad de lo que deberíamos orar con
nuestras familias y a solas con el Señor. Hay un mundo que salvar, y cada
talento debería ser empleado en su servicio. Puede ser que no estén en
condiciones de alejarse de sus familias, pero aun así pueden hacer una obra para
Dios, y por su personal manera de obrar pueden alentar a los que tienen que
realizar obra misionera.
No podemos desperdiciar ninguna oportunidad
para perfeccionar un carácter cristiano. No importa qué experiencias puedan
tener los demás, recuerden que ustedes, en su posición y lugar serán probados
individualmente. Vendrán tiempos cuando enfrentarán situaciones desfavorables,
pero en tales momentos imploren a Dios, confíen en El y anden en sencillez de fe
ante el Señor. Los ángeles del cielo impresionarán sus mentes. No dejen que
éstas se llenen del yo y de los intereses propios.
Hoy el Señor nos
observa con misericordia y amor. ¿Quiénes seguirán su voluntad? ¿Quiénes se
ejercitarán para vencer el temperamento impaciente, recordando que las palabras
que pronuncian las dicen a los oídos de los ángeles? Estos agentes santos están
continuamente ministrando en nuestro favor (Manuscrito 73, del 27 de agosto de
1909, "Lecciones del primer capítulo de Daniel", sermón predicado en el congreso
anual de Council Grove). 252
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